No es una buena opción pero lo haces de todos modos: te opones a ser arrestado. El oficial que te sujeta es rudo y conoce su oficio, pero tú eres un vago bebedor que conoce el oficio callejero. Consigues zafar un brazo y darle una buena en el rostro al oficial. Cuando lo haces y estás comenzando a disfrutarlo, sientes la explosión y el plomo caliente entrándote por la nuca.
Nunca desafíes a un agente de la Ley.
Nunca desafíes a un agente de la Ley.
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